viernes, 4 de mayo de 2012

La ciudad que queremos: VIII. La autenticidad del nuevo patrimonio.


Cuando en el año 2006 el Área de Rehabilitación Concertada de Úbeda pretendía rehabilitar una casa ubicada en el nº 6 de la calle Beltrán de la Cueva por parte de la Empresa Pública del Suelo de Andalucía, para construir cuatro viviendas dedicadas a alquiler y un bajo dedicado a local comercial, y cuando, al iniciarse las obras en el inmueble, se descubrieron características singulares dignas de atención y conservación, Plaza Vieja solicitó al Ayuntamiento la conveniencia de que se realizara un informe arqueológico a cargo de la Oficina Arqueológica de Úbeda y el correspondiente e ineludible informe técnico de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura. Igualmente, cuando el Parador Nacional de Turismo de Úbeda pretendía ampliar sus instalaciones con un inmueble situado justo enfrente de su fachada principal, el hallazgo de lo que fue el malogrado palacio de don Rodrigo de Orozco, tras una exhaustiva y científicamente desarrollada investigación arqueológica a cargo de Vicente Barba Colmenero, hizo que se optara por acordar que dicha ampliación tuviera que esperar hasta el día de hoy en razón de la importancia y singularidad de los vestigios hallados en este crucial lugar del casco histórico de Úbeda.
Pues bien: sucede que hace algo más de dos años se ha presentado un “hallazgo” con el nombre de “Sinagoga del Agua” en un edificio del casco histórico destinado a viviendas privadas y aparcamiento subterráneo. En vez de este aparcamiento que era para lo que se había solicitado licencia municipal, hoy se ofrece a propios y extraños la visita a una “sinagoga” que apareció de pronto a la luz pública sin el menor conocimiento previo por parte de los ciudadanos y no sabemos si también del Ayuntamiento. ¿Existe informe de la Oficina Arqueológica de Úbeda del momento en que en esas obras aparecen restos arqueológicos de interés? ¿Y de la Comisión Provincial de Patrimonio de la Consejería de Cultura? ¿Ambos organismos pueden ofrecer hoy cuales han sido sus actuaciones durante todo el proceso de ¿recuperación?, ¿restauración?, ¿supuesta recreación? de este sitio? Suponemos que se trata de un gran hallazgo arqueológico puesto que el Ayuntamiento y la Diputación Provincial con sus apoyos institucionales así lo parecen reconocer ante los medios de comunicación.
¿Se ha iniciado entonces el expediente para su declaración de Bien de Interés Cultural por el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura? Si es verdaderamente, como se anuncia y se vende a los visitantes de nuestra ciudad, una sinagoga, inmediatamente debería de haberse procedido a su catalogación y protección. ¿Y si no lo es? ¿Qué deberían hacer el Ayuntamiento y la Consejería de Cultura?
También se ofrece a los visitantes de Úbeda otra sinagoga, llamada de Salomón y variados "museos", e igualmente solicitamos en su día al Ayuntamiento si todos ellos habían recibido el informe técnico correspondiente que les diera derecho al uso del término “Museo” (regulado por la Ley de Museos y Colecciones Museográficas de Andalucía), o la declaración de la aautodenominada sinagoga como bien de interés cultural.
Si son certificados oficialmente, desde Plaza Vieja solicitamos para ellos todo el apoyo y promoción que se merecerían por lo que suponen de extraordinaria nueva oferta complementaria al reconocimiento de nuestra ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Lo que Plaza Vieja no quisiera de ningún modo es que desde las administraciones públicas se estuviese contribuyendo a fomentar un posible engaño al visitante con el enorme perjuicio que, de ser así, se ocasionaría a la imagen de Úbeda.

No menos importante es también evitar que se ensucie la imagen patrimonial y los escenarios urbanos claves de nuestra ciudad con una señalización abusiva, a veces incorrectamente instalada sobre fachadas de edificios históricos, con reclamos de restaurantes en la mismísima fachada de la Sacra Capilla de El Salvador, o con la presencia de cutres trenes turísticos con parada estable nada menos que en la plaza Vázquez de Molina, enclave central de de la Declaración de Patrimonio Mundial y en la Plaza del Pópulo de Baeza. No nos imaginamos dichos trenes, propios más bien de un parque temático, en la Piazza della Signoria de Florencia o en la del Obradoiro de Santiago de Compostela.
A nuestro parecer, sería preciso buscarles una ubicación en lugares más discretos o, cuando menos, menos "llamativos"

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